Hacía tiempo que tenía ganas de publicar la preboda en Granada de Rocío y Pedro. Me encanta mi tierra y los rincones tan espectaculares que me ofrece para llevar a cabo mi trabajo.

Siempre escucho las propuestas de las parejas a la hora de planificar las sesiones. Mi trabajo como fotógrafo de bodas en Jaén es que se lleven el mejor recuerdo de cada instante que pasen delante de mi cámara. Siempre aconsejo sobre posibles lugares originales y evocadores que hagan de marco perfecto para que os sintáis cómodos.

Es mi trabajo estar en continua búsqueda, para así poder ofrecer diferentes alternativas cuando las parejas confían en mí sus recuerdos. Rocío y Pedro se dejaron llevar y así lo demuestran las fotografías de su sesión de preboda. Son ellos mismos… naturales, espontáneos y divertidos. Lo pasamos en grande y las fotografías hablan por sí solas.  Es exactamente lo que se pretende con esta sesión, que os sintáis cómodos, que seáis vosotros mismos.

Ya sabéis que mi predilección son las últimas luces de la tarde, donde todos los colores que nos ofrece la luz están a nuestra disposición para poder hacer fotografías idílicas, donde vosotros sois los principales protagonistas. Esta sesión de preboda en Granada no fue menos.

Una nave abandonada fue la primera localización que elegimos para esta sesión en pleno verano. Un lugar grande y con mucha historia, donde la luz casi llegaba a los altos techos por los cientos de ventanales. Paredes envejecidas por el paso del tiempo, nos hicieron de escenario perfecto para que Rocio y Pedro se dejaran llevar.

Acabamos al atardecer en las montañas, después de tomar un café, charlar un buen rato de cómo será su boda en Jaén dentro de muy poquito tiempo.

Echad un vistazo y disfrutad.